Vuitton, las prostitutas, un pijama de flores y las feministas

He venido a hablar de polémica (hay que ver lo que me gustan a mí las polémicas, señoras y señores). El fashion film que el director James Lima ha realizado para la campaña de Vuitton ha salido a la calle por poner de mala leche a feministas de todo el mundo. Como esa feminista que me considero (AJÁ), me veo en la obligación de analizar el tema y sacaros unas cuantas preguntas de la cabeza.

En el vídeo en cuestión, realizado para Love Magazine, se puede ver a top models como Edie Campbell, Cara Delevigne o Georgia May Jagger con pelucas cortas morenas y ligeritas de ropa. Tan ligeritas que pasean por la calle en una actitud que recuerda a cualquier prostituta que se tercie ("una alusión directa a la prostitución", dicen por ahí).



Primero de todo, recordar (muchas veces la gente se cree que estas cosas salen sin querer) que en el mundo de la moda, de la publicidad y en cualquier otra cosa, nada sale a la calle sin haber sido muy bien meditado y, lo que es más importante, sin tener una intención. Dicen también por ahí que la casa Vuitton niega haber dado la orden para que se realizase la película de tres minutos y medio, pero hay que tener en cuenta que la directora de la revista en cuestión, Katie Grand, es además la estilista del desfile de Vuitton. Esto me lleva a pensar que el vídeo se ideó al mismo tiempo que el desfile o casi. Pero estas cosas muy pocas veces se dicen porque se rompe el encanto de las firmas; las cosas feas nunca han tenido permiso para hacerse, no sé si me explico.

La moda a estas alturas de la vida, y a esas alturas de la vida, lo que busca es provocar una emoción en todo aquel que recibe su mensaje, aquí un vídeo, campañas en revistas o en un desfile. Lo importante es provocar, y el qué ya da igual. Deseo, felicidad, sentimiento aspiracional, lujo, envidia*, entusiasmo, vitalidad, son los más extendidos y los menos cuestionados pero, ¿qué pasa cuando esas emociones son la ira, el asco, la rabia, el desencanto, la tristeza o el dolor? Que ponemos el grito en el cielo.

From my point of view, (es que debería estar estudiando inglés) no debemos tomarnos la publicidad muy en serio. Aun quedan mentes que piensan que la publicidad, sobre todo la que vemos en la televisión, es un reflejo de nuestra sociedad o de nuestro tiempo de una u otra manera. Nada más lejos de la realidad, y nunca mejor dicho. Se ha creado un lenguaje publicitario romántico con el leitmotiv de la ilusión y la felicidad, el buen rollo. Y no hay nada más peligroso para la sociedad que el buen rollo pretendido. Son tan dañinos los anuncios de modelos prostitutas como aquellos anuncios coloridos y maravillosos de familias perfectas que se lavan los dientes en baños de casas sacadas de Pinterest bailando al son de canciones vitalistas.

Los anuncios luminosos dañan a las personas al crear un mundo de sueños y de altas expectativas con una idea falsa (= no real) de la perfección. Está muy bien ser perfeccionista, aspirar a más y tener expectativas, pero que sean reales y no basadas en la publicidad y las redes sociales. De esto se deduce que no deberíamos tomarnos tan en serio esta clase de anuncios, en lo que a aspiración y forma de vida se refiere, pues están basados en una mentira. Los anuncios no son más que películas breves muy bonitas y muy bien hechas. Nada más. Al igual que no son nada más las campañas provocativas que hacen las firmas de moda, que también resultan ser una completa mentira y que tampoco hay que tomarse muy en serio.

Pero, ¿acaso son las modelos unas prostitutas que venden su cuerpo a las firmas, a publicistas, a fotógrafos y a cualquier persona que compra revistas y que ve las fotos de sus cuerpos desnudos en internet y hacen con ellas lo que quieren? Para acabar con anuncios como el de Vuitton (si es que hubiera que acabar con ellos), se tendría que acabar con esas leyes no establecidas pero adoptadas en la publicidad, y por extensión en la sociedad, de mujeres perfectas cuando esa perfección es romántica e irreal.

Y aquí el vídeo de la polémica:


A.Z.



*Quiero poner un asterisco para que os deis cuenta que la envidia está puesta en el grupo de emociones buenas. He aquí, amigos, la publicidad.

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